lunes, junio 12, 2006

A manera de inicio...

Una de las características del bibliotecario cubano, que por de alguna forma describirlo no significa que sea una cualidad enaltecedora, es la de imbuirse en el trabajo cotidiano sin dejar huella escrita de su quehacer diario. Si del bibliotecario escolar se trata, la situación se agrava.

En medio de complicaciones materiales y tecnológicas, la labor más humana del mundo como primer eslabón de la cadena información-conocimiento, se va haciendo sin quedar su memoria en algún lugar.

Si bien es cierto que desde que en Cuba aparecieron las primeras publicaciones de la especialidad, bibliotecarias como Raquel Robés Masess, Mercedes Menesess Rodríguez, Berta de León, entre otras, dejaron con la palabra escrita lo que sucedía en las bibliotecas escolares en la segunda mitad del siglo XX, hoy en la primera década del XXI nos asombra lo que se hace de forma constante involucrando profesión y sentimiento. Siempre será poco lo que se escriba al respecto.

Este es el objetivo del weblog, un espacio para contar lo que merece ser contado, un sitio para la gran familia del bibliotecario escolar cubano.

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