Día del Bibliotecario
Leyendo y buscando, (dos mandamientos bibliotecarios) y un poco “bloqueando” (próximo mandamiento del siglo XXI), encontré un weblog titulado “La imagen social del bibliotecario”. Lista una serie de personalidades de la historia y la cultura universal, que fueron célebres por otra cosa, menos por el trabajo bibliotecario que realizaron. Entre ellos: Engels, Marcel Proust, Goethe, Mao Tse Tung, Benjamín Franklin y por qué no… algo que nos va tocando de cerca… hasta Hilda Guevara y Reynaldo Arenas.
Nuestra profesión siempre silenciosa, nos obliga constantemente a meditar en ella. De las funciones de un médico, nadie duda, pero un bibliotecario, ¿ejerce una función social como un médico? ¿Es capaz de salvar vidas? Todo esto se me amontona de frente a partir del pasado 7 de junio, día del bibliotecario cubano. El acontecimiento se debe a que en igual fecha nace el padre de la Bibliografía en Cuba, el conocido historiador y bibliógrafo Antonio Bachiller y Morales.
El acto central fue en el Instituto de Literatura y Lingüística, donde radica la Sociedad Económica de Amigos del País. ¿Qué mejor homenaje que recordar nuestro sencillo día en donde se fundara la primera biblioteca pública de Cuba, en 1793?
Algo resultó interesante, y es una muestra de que se viven momentos diferentes para nuestra profesión, de que estamos aunando esfuerzos conjuntos, de que queremos ser célebres por lo que somos, y es que pocas veces se reúnen las asociaciones profesionales y los principales sistemas de información de Cuba. Así encontramos en el estrado a Margarita Bella, presidenta de la ASCUBI (Asociación Cubana de Bibliotecarios); a la Presidenta de la Sociedad Económica; a Eliades Acosta, director de la Biblioteca Nacional José Martí representando el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, a Mirta Botana, como representante de la SOCICT (Sociedad Cubana de Ciencias de la Información); a la directora del propio Instituto y a Carmen Sánchez Rojas, directora de la Biblioteca de Ciencia y Tecnología. Otras personalidades que por no ser menos importante no estaban en el estrado pero que su presencia marca igual importancia en la bibliotecología cubana fueron el prestigioso especialista de la Biblioteca Central de la Universidad de La Habana, Idelio Rojas, dando figura al Sistema de Bibliotecas Universitarias; el Dr. Miguel Angel Ferrer López, director del Sistema de Información para la Educación y las Bibliotecas Escolares; la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana con su conocida Dra. Gloria Ponjuán y la M.Sc. Zoia Rivero; la nueva directora de la Escuela de Técnico de Biblioteca¸y muchas figuras más que finalmente simbolizaron lo célebre que somos y que queremos ser.
Fueron condecorados con la medalla “Antonio Bachiller y Morales” un grupo amplio de bibliotecarios de todo el país y fueron entregados cinco premios nacionales a prestigiosas figuras de la bibliotecología cubana.
De los momentos emotivos hago un alto pues marcan como de costumbre cierta sensibilidad femenina de la profesión conjuntamente con la poética masculina, pues somos siempre hombres y mujeres lo que hacemos revoluciones de espíritus diariamente en las bibliotecas. Hechos como la entrega a colegas recientemente fallecidos, la presencia de la viuda de Gilberto Sotolongo y la entrega personal del premio que lleva igual nombre; la insólita presencia de Isola Trelles, nieta de Carlos Manuel Trelles y Govín que entregara igualmente, el premio que lleva el nombre de su abuelo a una de las figuras paradigmática en la actualidad de la bibliografía cubana; la Dra. Araceli García Carranza de la Biblioteca Nacional, a la incalculable presencia de quien además de ser uno de los principales teóricos de la Bibliotecología en Cuba, se ha convertido en modelo de lucha por la vida, el Dr. Emilio Setién; a las emotivas palabras de quien es y será un mito en la formación del bibliotecario cubano, Adelina López LLerandi; y hasta las palabras de Leonardo Padura que por dos años consecutivos constituye uno de los escritores cubanos más leídos en nuestras bibliotecas públicas.
Para los bibliotecarios escolares el día no pasó por alto siendo característica de este sector la forma exquisitamente profesional y modesta con que juegan su papel. Así de forma no planificada visitamos la sede universitaria de La Lisa, gracias a la municipalización de la enseñanza que brinda opciones en cada rincón del país de llevar a cabo estudios universitarios.
Si bien es cierto que nos encontramos en transformaciones educacionales donde los maestros emergentes constituyen el sujeto principal de las mismas, es halagador para nuestro profesión poder disfrutar las historias de maestros emergentes queriendo convertirse en bibliotecarios o de bibliotecarias de 20 años llevando a cabo sus estudios universitarios o la sencilla y majestuosa labor de una bibliotecaria escolar que constituye leyenda en la zona.
¿Por qué quieren ser bibliotecarios escolares? ¿Qué le aporta los estudios de la carrera después de tantos años de experiencia? Estas y otras interrogantes se debatieron en medio de la reunión que no por dejar de ser interesante se fue colmando de personalidades de la profesión como la visita del Dr. Emilio Setién, el Dr. Miguel Angel Ferrer López, la Dra. María Elena Dorta Duque directora de Información Científico Técnica del Instituto Internacional de Relaciones Exteriores y la conocida Melba Arce, especialista de igual centro. Se encontraron además los Master en ciencia Arturo Conde e Isabel Santiesteban, profesores de la sede.
Comentarios como la satisfacción de tener una madre bibliotecaria que inspira los estudios de la especialidad es una de las experiencias del cambio, pero existe además aquella que sólo por natural vocación obtenida por la experiencia de trabajar de forma alternativa las labores bibliotecarias conjuntamente con la de maestro, motiva dichos estudios. Es el caso de Misleydi Castañeda, una especie de bibliotecaria escolar empírica y maestra de la escuela “Fructuoso Rodríguez”, excelente profesional, que entiende que la labor del bibliotecario escolar en la actualidad no es sólo la promoción de la lectura, sino mucho más que eso, donde se hace imprescindible el conocimiento y uso de las nuevas tecnologías. Así ha diseñado un sitio web, mantiene y actualiza sus bases de datos donde controla los préstamos, participa como principal promotora de concursos e incentiva las tareas investigativas en los estudiantes.
Para Caridad González, bibliotecaria escolar con más de 20 años de experiencia de la Escuela especial de ciegos y débiles visuales “Flor de la Revolución”, los estudios de la carrera vinculan la práctica diaria con la teoría y la comprometen con la realidad actual. Y como experiencia del compromiso que asumen los bibliotecarios escolares en esta realidad está el ejemplo de María Ducás de la comunidad Cruz de Piedra, la Lisa, que constituye paradigma y asombro de vocación infinita y de amor a la profesión. Ya Alicia Centellas y el fotógrafo Ricardo de la Rionda recogieron en la revista Pionero de diciembre del 2004, la experiencia del trabajo de la bibliotecaria escolar con el título “Sueños de María”. Me pregunto a estas alturas ¿cuántas vidas no ha salvado María Ducás?
Un encuentro con la memoria, un intercambio con la actualidad, un homenaje al trabajo, unos minutos de asombro ante tanta dicha, un acercamiento al amor, una forma de elevar la profesión, de convertirnos en personas célebres por los que hacemos y no ser célebres por otra cosa, eso ha sido el día del Bibliotecario en Cuba. Un 7 de junio recordamos a Bachiller, a Trelles, a la Freyre, a Olinta, y a todos y todos los que en silencio hacemos revoluciones de pensamiento, por eso, ¡cuídense bibliotecarios, porque un 7 de junio puede cambiarle la vida a cualquiera y en un solo abrir y cerrar de ojos nos convertimos en personajes célebres!
¡Felicidades!